BILL FAY: The Coast No Man Can Tell – BOB DYLAN: Blowin’ in the Wind

BILL FAY: The Coast No Man Can Tell – BOB DYLAN: Blowin’ in the Wind

LA POSIBLE COPIA

 

BILL FAY: The Coast No Man Can Tell

httpv://youtu.be/mstFLHEn7Bs

 

 

“The Coast No Man Can Tell” aparece incluida en el disco de 2012 de Bill Fay titulado Life Is People. El disco supuso el regreso de Bill Fay a los estudios de grabación después de que el sello Deram fichara a Bill Fay y le publicase a finales de los 60 dos discos con unos textos en la onda de Bob Dylan o Leonard Cohen, unas melodías pop melancólicas como las de Nick Drake, Al Stewart o Donovan y unos arreglos inusitados.

 

 

Su primer single, “Some Good Advice” / “Screams in the Ears”, apareció en 1967, aunque su debut homónimo no sería editado hasta tres años más tarde. Ya en 1971 le seguiría Time of the Last Persecution, con las guitarras más en primer plano gracias a la contribución de músicos como el guitarrista Ray Russel o el batería Alan Rushton.

 

 

Desengañado con las escasas ventas, su sello se deshizo de él. Un tercer álbum, grabado a finales de los 70, no vería la luz hasta 2004, gracias al interés de David Tibet (Current 93), quien lo publicó en su sello Durtro Jnana. Lo mismo hizo con Still Some Light en 2010, una colección de maquetas y grabaciones caseras.

 

 

Sin embargo, la notoriedad que Fay haya podido tener en los últimos años gracias a seguidores como Nick Cave, Peter Buck (R.E.M.), Julian Cope o Marc Almond le debe más a Jeff Tweedy (Wilco), incansable reivindicador de sus canciones siempre que puede, tanto para cantar su tema “Be Not So Fearful” en distintas ocasiones como para invitarle a acompañar a Wilco varias veces sobre un escenario.

 

 

Aun así, Fay seguiría siendo un desconocido para la mayoría si no fuese por este Life Is People recientemente publicado y que, venga firmado por quien venga, sea cual sea la historia que tiene detrás, es un disco tan inesperado como mayúsculo. Parte del mérito habrá que atribuírselo al productor Joshua Henry, que creció escuchando los discos de Fay debido a que su padre James Henry los pinchaba incansablemente. Por ello el propio Fay le da las gracias en el libreto interior y reconoce que él es el verdadero responsable de que este disco exista.

 

 

Joshua Henry buscó a Bill Fay y, tras varios encuentros, lo convenció para que grabase un nuevo disco cuando aún no tenían ni presupuesto ni banda ni discográfica interesada. Además de reunir a parte de los músicos, recuperó también a Russel y Rushton, aquellos antiguos colaboradores de Fay de su segundo disco. Nada de esto recordaríamos o tendría importancia si no fuese por las canciones, unas canciones de las que Life Is People va sobrado.

 

 

Empieza el álbum con el sonido de un piano lejano que nos retrotrae a aquel debut, pero pronto la guitarra nos conduce a las canciones más directas de su segundo álbum. Es “There is a Valley”, y hay ecos de The Band, Springsteen o, incluso, Warren Zevon, algo que también queda claro en la voz, por si hubiera dudas. “Big Painter” nos lleva hasta la etapa psicodélica de Syd Barrett, mientras que en “Never Ending Happening” se puede reconocer a The Blue Nile.

 

 

“This World” cuenta con la voz invitada de Jeff Tweedy, en un corte que podría haber entrado en el Summerteeth de Wilco o en una nueva entrega de The Traveling Wilburys. Ya desde el título, “The Healing Day”, el siguiente corte, indica que ahí puede haber bastante de Van Morrison, como así es. “Be at Peace with Yourself”, puede que el epicentro del álbum, empieza lenta y remata en un coro góspel, retomada para lucir así de lustrosa desde una maqueta por la acertada producción; seguramente no desentonaría en el repertorio de Spiritualized con algo más de veneno en las guitarras. “Jesus, Etc.” es, sí, una versión de Wilco (devolviéndole los favores a Jeff Tweedy), que emociona tanto o más que la original con su tratamiento a base de, únicamente, voz y piano del propio Fay.

 

 

Aún hay más: ecos de Pink Floyd en “City of Dreams” o de Randy Newman en “Empires”. Por su parte, no es difícil imaginar “Home Was the Place” (extra en la edición de algunas tiendas digitales) en el último álbum de Richard Hawley, como puente entre sus primeros discos y la épica guitarrera que ha intentado en el reciente Standing at the Sky’s Edge.

 

 

No obstante, son los ocho minutos de “Cosmic Concerto (Life Is People)” la espina dorsal del álbum. Que el título del disco esté metido ahí entre paréntesis ya quiere decir algo. La melodía se repite incansablemente como avanzando sigilosamente para acabar recalando finalmente en el mismo sitio del que partió. Sobre ella, Fay repite en la parte final el mantra “Life Is People” (“La vida es la gente”) y nadie mejor que él para cantar a sus 69 años algo así.

 

 

Hay en sus letras reflexiones maduras sobre la vida que ha quedado atrás, el dolor, la pérdida y la fragilidad humana desde la visión de un hombre tolerante y humilde, que nunca ha sentido el vértigo del éxito y que no precisa de artificios, que también ha vivido la vida y ha experimentado el amor, que llega a su ocaso sintiéndose en paz consigo mismo y entregando su obra magna. Como dice al principio de esa canción clave, “hay milagros en los sitios más insospechados”.

 

 

EL ORIGINAL

BOB DYLAN: Blowin’ in the Wind

httpv://www.youtube.com/watch?v=IUX9IcSzHX0

 

 

En el apartado de esta web dedicado a proponer parecidos entre canciones, José señala que “The Coast No Man Can Tell” le recuerda, especialmente en su estribillo, a “Blowin’ in the Wind” de Bob Dylan, single publicado el 27 de mayo de 1963.

 

 

Se puede considerar que “Blowin’ in the Wind” es una canción protesta, ya que en su letra contiene una serie de preguntas retóricas sobre la paz, la guerra y la libertad. Como compositor, supone la ruptura definitiva de Dylan con las convenciones retóricas del folk del momento y un acertado resumen de los problemas que veía a su alrededor a través de una sucesión de preguntas poéticas, fieras y certeras que atacaban el que Dylan consideraba el peor mal de la humanidad: la indiferencia. “Los mayores criminales son los que miran a otro lado cuando ven que algo está mal”, escribió en la nota de presentación de su álbum The Freewheelin’.

 

 

“La compuse en diez minutos”, diría ese mismo año. “Añadí la letra a un tema tradicional. Es la tradición folk. Usas lo que otros han dejado ahí”… Y, por supuesto, lo pasas a los siguientes. Lo cierto es que la compuso en abril de 1962, cuando tenía tan solo 21 años, en un café del Greenwich Village de Nueva York. Acompañado por su amigo David Blue a la guitarra, empezaron a entonarla y les emocionó al instante.

 

 

Marcharon raudos hacia el local centro de la escena folk y le pidieron al cantante del grupo que actuaba ese día, Gil Tuner y su grupo The New World, con el que tenían muy buena relación, que la escuchase un momento. Estos quedaron tan impresionados que pidieron interpretarla esa misma noche con el mismo papel en el que Bob Dylan había escrito la letra, al que añadieron solo los acordes. Al acabar, el público se puso en pie y no paró de aplaudir.

 

 

“Blowin´ in the Wind” apareció en 1963 en su segundo LP The Freewheelin’. Desde su edición, otros como Peter, Paul a& Mary lo interpretaron en directo, grabándolo también. Después le siguieron multitud de versiones, entre ellas las de Elvis Presley, Duke Ellington, Sam Cooke, Neil Young, Bruce Springsteen, The Hollies, Chet Atkins, Odetta, Dolly Parton, Judy Collins, The Kingston Trio, Marianne Faithfull, Jackie DeShannon, The Seekers, Etta James, Marlene Dietrich, Bobby Darin,  Stevie Wonder, John Fogerty, Me First and the Gimme Gimmes, Astrud Gilberto, Low o Ziggy Marley.

 

 

Esta sería su letra traducida:

 

“¿Cuántos caminos debe un hombre andar
para que lo tengan por hombre?
¿Cuántos mares debe surcar una blanca paloma
para poder descansar en la arena?
¿Cuánto tiempo seguirán silbando las balas de cañón
antes de ser proscritas para siempre?

 

La respuesta, mi amigo, está soplando en el viento.
La respuesta está soplando en el viento.

 

¿Cuántas veces ha de mirar un hombre hacia arriba
para poder ver el cielo?
¿Cuántos oídos tiene que tener un hombre
para oír los lamentos del pueblo?
¿Cuántas muertes más tendrá que haber
para que sepa que ha muerto demasiada gente?

 

¿Cuántos años puede existir una montaña
antes de ser arrastrada al mar?
¿Cuántos años puede vivir alguna gente
antes de que se les permita ser libres?
¿Cuántas veces puede un hombre volver la cabeza
pretendiendo ver lo que no ve?

 

La respuesta, mi amigo, está soplando en el viento,
La respuesta está soplando en el viento”.

 

 

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