MIGUEL RÍOS: Santa Lucía – ERASMO CARLOS: Sentado á beira do caminho

MIGUEL RÍOS: Santa Lucía – ERASMO CARLOS: Sentado á beira do caminho

LA POSIBLE COPIA

 

MIGUEL RÍOS: Santa Lucía

 

“Santa Lucía” es una canción interpretada por el cantante español Miguel Ríos y que fue incluida en su álbum Rocanrol Bumerang, editado en 1980 por la compañía discográfica Polydor. Además, se editó como single el 22 de septiembre de 1980.

 

El tema había sido compuesto por el músico y compositor argentino Roque Narvaja, que también la incluiría en un disco suyo, en concreto Un amante de cartón, publicado en 1981, y que incluía otros singles como “Menta y limón”, “A mi cama” o “Yo quería ser mayor”.

 

El periodista Manu Piñón recogía la historia de esta canción en la edición de Vanity Fair del 13 de diciembre de 2017: “Una historia de amor sostenida a través de llamadas de teléfono entre las dudas, la impaciencia y la ausencia –pronúnciense sus ces como eses– y con la patrona de los invidentes como único testigo. Santa Lucía, una canción que no nos ha abandonado desde que Miguel Ríos la interpretó por primera vez en 1980, sigue siendo hoy uno de los grandes éxitos de la música española también una de las letras más evocadoras y enigmáticas del pop en nuestro idioma.

 

¿De qué trata realmente la canción? ¿Se basa en alguna experiencia propia? ¿Por qué los implicados no se deciden a conocerse? ¿Cómo han conseguido sus números de teléfono? ¿Está protagonizada por dos hombres que viven su historia de amor en secreto por culpa de la homofobia? ¿Qué pinta una santa en medio de todo esto?

 

El músico Roque Narvaja es el único responsable de que el misterio de Santa Lucía permanezca casi cuatro décadas después de su composición sin desvelarse. Natural de la provincia argentina de Córdoba, Narvaja llegó a España huyendo de la dictadura militar en 1977. Había grabado para entonces seis discos primero con su grupo La Joven Guardia y después en solitario, era un cantautor de rock reconocido, pero sucesivos «aprietes» –amenazas– le empujaron a dejar su país y aterrizar en Madrid.

 

«Yo allá no era nadie», recordaba para Clarín el propio Narvaja en 2004. «No era famoso, no existía. Todos mis contactos se reducían a tres números de teléfonos. Me encontré con todos los exiliados argentinos, los buenos y los malos. Todos venían a mi casa de Madrid, he visto desaparecer heladeras llenas».

 

En ese contexto, con un disco editado en un sello español al año siguiente y reuniendo canciones para el siguiente, fue su amigo Carlos Narea, productor musical chileno, el que habló a Miguel Ríos de Narvaja. El argentino le había enseñado un día una canción nueva que destacaba por encima del resto. «Le pedí que la cantase otra vez, era un tema enorme», contó Narea a Efe Eme . «Él quería usarla para su disco, pero le dije que si Miguel Ríos pegaba con un tema suyo le abriría más puertas».

 

El cantante granadino, que después de un periodo musical que le había devuelto del hipismo y la música progresiva al rock urbano, recibió a Narvaja para escuchar sus canciones. Sin embargo, tocó otras y se reservó Santa Lucía.

 

Narea le convenció para que se la mostrara en una segunda cita. Ríos, que venía de editar el disco Los viejos rockeros nunca mueren, tuvo sentimientos encontrados al escucharla: era indudable que se trataba de un temazo, pero en ese momento de su vida no quería grabar más baladas. Sus grandes éxitos habían sido El himno de la alegría y El río, ya había tenido suficientes temas de ese estilo.

 

«Decidimos grabar dos discos e incluirlo sólo en uno de ellos», relataba Narea. «Santa Lucía estaba en el segundo, pero cuando la gente que pasaba por el estudio lo escuchaba, pensaban que estábamos locos por no incluirlo en el que se iba a editar en España».

 

Finalmente Miguel Ríos se rindió a la evidencia y la metió en lo que acabó siendo Rocanrol Bumerang, el disco que en 1980 le colocó como el músico de más éxito del país. El periodista musical Juan Puchades lo resume para Vanity Fair. «Fue un pelotazo, marcado por Santa Lucía, que es lo que le llevo a la primera división y le relanzó a un nivel masivo, comenzando la época de los conciertos en estadios de fútbol».

 

En esas gigantescas giras le acompañaba una banda impresionante, con músicos entre los que se encontraba Roque Narvaja. El compositor de Santa Lucía fue durante años testigo cada noche de cómo su canción protagonizaba uno de los momentos álgidos de la actuación. El público cantaba de principio a fin una letra que seguía siendo un gran misterio. No se preguntaban quién era esa persona que a menudo le recordaba a alguien o porque tenía miedo de tanto loco que anda suelto. Tampoco por qué un andaluz pedía una «sita» con el acento de Andrés Calamaro.

 

«Miguel Ríos no lo sabe», asegura Puchades, que ha preguntado al cantante sobre el asunto. «Sé que le parece una canción bonita y sugerente, pero no tiene ni idea de si está dedicada a la patrona o a una chica concreta». Por su parte, Narvaja nunca ha querido entrar en detalles. «Era un tipo extraño y algo introvertido», recuerda sobre el músico, que actualmente vive en Argentina, tiene 66 años y dedica gran parte del tiempo a su otra pasión: pilotar aviones.

 

Sólo queda, además de la teoría del romance gay, una leyenda no confirmada pero igualmente bella; la de que antes de emigrar a España Narvaja supo de la historia de una joven invidente que un día recibió una llamada de teléfono. El hombre al otro lado de la línea había marcado por error ese número, pero quedó encantado por la voz de ella. Sin apenas darse cuenta, entablaron conversación y las llamadas se fueron sucediendo durante los días siguientes. Hasta el punto de que acabaron sabiéndolo todo de sus vidas y sin embargo no conocían ni un detalle físico el uno del otro. Cuando el teléfono comenzó a ser demasiado frío, él insistió en que fueran juntos al parque, para verse poquito a poco y sentir sus manos. Ella, que le había ocultado que era ciega, no sabía que decirle a pesar de que ya no podía vivir sin él.

 

Si finalmente estos pioneros del enamoramiento virtual quedaron es algo que, como el enigma detrás de Santa Lucía, sigue siendo todavía un misterio”.

 

Esta es su letra:

“A menudo me recuerdas a alguien
Tu sonrisa la imagino sin miedo
Invadido por la ausencia
Me devora la impaciencia
Me pregunto si algún día te veré

Ya se todo de tu vida, y sin embargo
No conozco ni un detalle de ti
El teléfono es muy frio
Tus llamadas son muy pocas
Yo si quiero conocerte y tu no a mí
Por favor!

Dame una cita
Vamos al parque
Entra en mi vida
Sin anunciarte
Abre las puertas
Cierra los ojos
Vamos a vernos
Poquito a poco

Dame tus manos
Siente las mías
Como dos ciegos
Santa Lucia, Santa Lucia, oh Santa Lucia!

A menudo me recuerdas a mí
La primera vez pensé… se ha equivocado
La segunda vez no supe qué decir
Las demás me dabas miedo
Tanto loco que anda suelto
Y ahora sé que no podría
Vivir sin ti

Por favor dame una cita
Vamos al parque
Entra en mi vida
Sin anunciarte
Abre las puertas
Cierra los ojos
Vamos a vernos
Poquito a poco

Dame tus manos
Siente las mías
Como dos ciegos
Santa Lucia, Santa Lucia, oh Santa Lucia!

A menudo me recuerdas a mí”.

 

EL ORIGINAL

 

ERASMO CARLOS: Sentado á beira do caminho

 

Tal y como señala Paco en el apartado de esta web destinado a proponer parecidos entre canciones, “Santa Lucía” de Miguel Ríos, compuesta por Roque Narvaja, recuerda a “Sentado á beira do camino”, del cantante Erasmo Carlos.

 

“Sentado á beira do caminho” es una canción compuesta por Roberto Carlos y Erasmo Carlos. Apareció como single en mayo de 1969 en la interpretación de Erasmo Carlos en un Ep de cuatro canciones editado por la compañía discográfica RGE.

 

El tema se incluyó también en la banda sonora de la telenovela Beto Rockfeller, que estuvo en antena en Brasil entre noviembre de 1968 y noviembre de 1969, junto a canciones de The Beatles, Bee Gees, Adamo, The Turtles, Gigliola Cinquetti, Janis Joplin, Rita Moss o Ray Charles.

 

Posteriormente, Erasmo Carlos la incluiría en su álbum Erasmo Carlos e Os Tremendões, publicado en 1970. Más adelante la cantaría con su otro autor, Roberto Carlos, publicándose tanto en disco de larga duración como en single.

 

El tema se inspiró en la canción estadounidense «Honey (I miss you)» de Bobby Russell, y describe la desesperación y la desesperanza de un amante que espera a su amada. Ha contado con versiones de, entre otros, Raúl Malo, Julio Iglesias, Ornella Vanoni, The Bluebeaters, Dave Gordon, Raphael o Los Vikings.

 

Esta sería la traducción de su letra:

“No puedo quedarme aquí más
¡Esperando!
Que un día de repente
Vuelva a mí

Veo camiones
Y coches corriendo
Pasando más allá de mí
Estoy sentado en el borde
Desde un camino

Mi mirada se pierde en el polvo
En este triste camino
Donde la tristeza
Y el anhelo por ti
Todavía existe

Este sol que quema
En mi cara
Un remanente de esperanza
Al menos ver de cerca
Tu mirada
Lo cual traigo en la memoria

Tengo que terminar con esto
Necesito recordarte que existo
Que existo, que existo

Ven la lluvia, moja mi cara
Y luego lloro tanto
Mis lágrimas
Y las gotas de esta lluvia
Están confundidos con mi luto

Me miro a mí mismo y busco
Y no puedo encontrar nada
Soy un pobre remanente de esperanza
En el borde de una carretera

Tengo que terminar con esto
Necesito recordarte que existo
Que existo, que existo

Coches, camiones, polvo
Camino, todo, todo, todo
Se mezcla en mi mente
Mi sombra me acompaña
Y ves que yo
Me estoy muriendo lentamente

No ves que yo
No puedo hacerlo más
Quédate aquí solo
Esperando toda la vida
Por ti
Sentado a un lado de la carretera

Tengo que terminar con esto
Necesito recordarte que existo
Que existo, que existo”.

 

¿Crees que se parecen?
[Total: 1 Media: 5]
(Visited 300 times, 1 visits today)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *