VAINICA DOBLE: Todo desapareció – LOU REED: Walk on the Wild Side

VAINICA DOBLE: Todo desapareció – LOU REED: Walk on the Wild Side

LA POSIBLE COPIA

 

VAINICA DOBLE: Todo desapareció

 

“Todo desapareció” es una canción del dúo español Vainica Doble (formado por Gloria van Aerssen y Carmen Santonja) y que apareció incluida en su álbum de 1976 Contracorriente, producido por Gonzalo García-Pelayo y editado por el sello Movieplay.

 

El álbum contaba con una portada diseñada por el cineasta Iván Zulueta y fue grabado por una banda llamada Limón Express en la que figuraban Rafael Gálvez (guitarras y voces), Francisco Cervera (bajo, guitarra acústica y voces) y Pancho Company (percusión).

 

Además, colaboraron en el disco Santi Vilaseñor (guitarra solista en “La Rabieta”), Gualberto García (sitar en “Eso no lo manda nadie” y “Déjame vivir con alegría”), Hilario Camacho (segunda voz en “Eso no lo manda nadie”) o Salvador Domínguez (guitarra en “Magnificat”).

 

En “Todo desapareció”, canción que fue editada como single con una letra que habla de a una relación amorosa y cómo cambia con el paso del tiempo, una vez que ya no están los hijos de la familia, colabora Carlos Cárcamo tocando el violín.

 

Esta es su letra:

“Como en un espejo me miro en ti
te me vuelves viejo y comprendo así
que yo también soy otra mujer
distinta que ayer
mi entrecejo eterno y mi mal humor
tu complejo oculto u frustración
pregunto: ¿Quién es este señor?
¿Qué fue de mi amor?

Solos quedamos al fin,
solos en un rincón,
sin niños ni perros ni jardín
todo desapareció
se tragó el jardín la urbanización
y a los niños, ¿quién se los llevó?

Huyeron de aquí yo no se por qué
y hasta el chiquitín se fue sin comer
se fue sin comer, se fue sin comer
un amanecer para no volver”.

 

EL ORIGINAL

 

LOU REED: Walk on the Wild Side

 

Tal y como señala José María Caamaño el inicio y el fin de “Todo desapareció” recuerda a “Walk on the Wild Side” de Lou Reed, canción que este incluyó en su disco Transformer (1972).

 

Tras la disolución de The Velvet Underground, Lou Reed se vio obligado a volver al hogar paterno después de años de desenfreno en el Nueva York de Andy Warhol y su Factory y aceptar un trabajo en la firma de contabilidad de su padre. Pronto se cansó de ese trabajo de contable y, con la ayuda de David Bowie, se puso a grabar su segundo álbum en solitario, Transformer (1972).

 

El título de la canción es también el mismo de una atrevida película sobre lesbianismo, que había protagonizado Barbara Stanwyck en 1962. En este álbum Lou Reed incluiría algunos temas que habían sido encargados por su anterior mentor Andy Warhol para un musical basado en una novela de Nelson Algren A Walk on the Wild Side.

 

El musical nunca llegó a realizarse pero Reed puso el título para una de sus canciones que narraba en primera persona la historia y encuentros en el Nueva York de finales de los sesenta con las estrellas de The Factory (el estudio de Warhol) entre los que se encontraban Joe Dallesandro, Jackie Curtys, Joe Sugar o Candy Darling que quedaran inmortalizados en la historia del rock con la canción.

 

Joe Dallesandro fue el actor fetiche de las películas de Warhol que dirigía Paul Morrissey y un icono erótico gay. Protagonizó la trilogía Flesh en la que pasa buena parte del metraje desnudo. Candy Darling era una actriz transexual que protagonizó varias de las películas de Morrissey y moriría a consecuencia de la leucemia en 1974.

 

Por su parte, Holly Woodlawn era otra actriz transexual que aparecía en las películas de Warhol y que formó parte de su ‘factoría’. En cuanto a Jackie Curtis, era una drag queen y artista neoyorquina de la que Warhol dijo: “Es una pionera sin fronteras”. El último de estos personajes es Joe Campbell al que Lou Reed se refiere en la canción como ‘Sugar Plum Fairy’.

 

Todas las transgresiones posibles se daban cita en The Factory, transexualidad, drogas, sexo y una ruptura con las normas establecidas por la sociedad. De aquella época Lou Reed dijo que “fue un periodo muy divertido con un grupo de gente muy divertida haciendo el mismo tipo de cosas sin que ninguno realmente se conociera entre sí”.

 

De la famosa canción destacaba el contrabajo de Herbie Flowers en el inicio del tema y el saxo al final tocado por Ronie Ross que era el músico que había enseñado a tocar ese instrumento al productor del disco, el mismísimo David Bowie, y que le dio ese halo nocturno, misterioso y peligroso.

 

El tema ha tenido múltiples versiones como las que, entre otros, hicieron Albert Pla (en castellano), Robbie Williams, Sponge, Editors, Rhythms del Mundo, The Wiggles, The Strokes, Vanessa Paradis, Company B, Rolf Harris, U2 en directo (intercalada en medio de su canción “Bad” del disco The Unforgettable Fire), Herbie Mann, Paul Young, Kendra Morris, Pete Townshend, Pink Turtle, Moby, The Skids, Jesse Malin o Tok Tok Tok.

 

Esta sería la traducción de su letra:

“Holly vino de Miami, Florida.
Hizo autoestop cruzando USA.
Se depiló las cejas por el camino.
Se depiló sus piernas y entonces él, se convirtió en ella.
Dijo: “oye, cariño, date un paseo por el lado salvaje”.
Dijo: “oye, amor, date un paseo por el lado salvaje”.

Candy vino de fuera de la isla.
En el cuarto trasero, ella era el amor de todos.
Pero nunca perdió la cabeza,
incluso cuando la estaba chupando.
Dice: “oye, cariño, date un paseo por el lado salvaje”.
Dice: “oye, amor, date un paseo por el lado salvaje”.
Y las chicas de color dicen:
Doo doo doo…

El pequeño Joe nunca se dio por vencido.
Todo el mundo tenía que pagar y pagar.
Un trapicheo por aquí, otro por allá.
La ciudad de Nueva York es el lugar donde todos dice:
“oye, cariño, date un paseo por el lado salvaje”.
Dije: “oye, Joe, date un paseo por el lado salvaje”.

Sugar Plum Fairy vino y salió a la calle.
Buscando el alma, comida y un lugar para comer.
Fue al Apollo.
Deberías haberlo visto dándole, dándole, dándole.
Dicen: “oye, Sugar, date un paseo por el lado salvaje”.
Digo: “oye, amor, date un paseo por el lado salvaje, de acuerdo”. Huh.

Jackie simplemente está escapando.
Pensaba que podría ser James Dean por un día.
Entonces, supongo, debía haberse pegado la torta.
El Valium habría servido para amortiguar ese golpe.
Dijo: oye, cariño, date un paseo por el lado salvaje”.
Digo: “oye, amor, date un paseo por el lado salvaje”.
Y las chicas de color dicen:
Doo doo doo…”
 

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