GEORGES MOUSTAKI: La métèque – JACQUES BREL: Les biches

GEORGES MOUSTAKI: La métèque – JACQUES BREL: Les biches

LA POSIBLE COPIA

GEORGES MOUSTAKI: La métèque

“Le métèque” es una canción escrita, compuesta y publicada por el cantante nacido en Alejandría, Egipto -aunque de origen italo-griego que se nacionalizó francés- Georges Moustaki en el año 1969, con el tema “Voyage” en la cara B, a través de la compañía discográfica Polydor.

Se publicó formando parte del álbum del mismo título también en 1969. La canción es un retrato parcialmente autobiográfico de un extranjero, un soñador de carácter apacible y sin ataduras. Moustaki se describe a sí mismo como un ‘métèque’ (extranjero), criticando además el término usado para designar a los extranjeros.

La canción fue traducida a varios idiomas, destacando la versión italiana de Bruno Lauzi, y que, en la interpretación de Moustaki, alcanzó el número uno en las listas italianas. También la interpretó en castellano. Desde entonces ha contado con versiones de, entre otros, Manu Dibango, Pia Colombo, Alpha Blondy, Melina Mercouri, Renaud, Sara Montiel, Sergio Esquivel o Alfonso y Cristina.

Esta sería la traducción de su letra:

“Con mi careto de extranjero,

de judío errante, de pastor griego

y mis cabellos a los cuatro vientos,

con mis ojos totalmente deslavados

que me dan un aire de soñar,

yo que a menudo no sueño,

con mis manos de merodeador,

de músico y de vagabundo

que han saqueado tantos jardines,

con mi boca que bebió,

que abrazó y mordió

sin saciar jamás su hambre.

Con mi careto de extranjero,

de judío errante, de pastor griego,

de ladrón y de vagabundo,

con mi piel que se frotó

al sol de todos los veranos

y de todo lo que llevaba enaguas,

con mi corazón que supo hacer

sufrir como sufrió

sin hacer historias de esto,

con mi alma que no tiene

la menor posibilidad de salvación

para evitar el purgatorio.

Con mi careto de extranjero,

judío errante, de pastor griego

y mis cabellos a los cuatro vientos,

yo vendré mi dulce cautiva,

mi alma gemela, mi fuente viva,

vendré para beber tus veinte años

y seré príncipe de sangre,

soñador o bien adolescente,

cómo te guste escoger,

y haremos de cada día

toda una eternidad de amor

que viviremos a morir

Y haremos de cada día

toda una eternidad de amor

que viviremos a morir”.

Y esta es la letra de la adaptación al castellano del propio Moustaki:

“Es con mi facha de extranjero,

Judío errante y pastor griego,

De vagabundo y de ladrón

Y con mi piel que se ha quemado

Bajo ese sol y se ha entregado

A los mil juegos del amor.

Y con mi pecho que ha sentido

Del corazón cada latido

Y lo ha sabido hacer callar,

Con mi alma enferma que no espera

Ni purgatorio que la quiera

Para poderla así curar.

Es con mi facha de extranjero,

Judío errante y pastor griego

Con mis cabellos al azar,

Que vengo a ti, mi dulce amiga,

Gran manantial en mi fatiga

Tus veinte años a buscar.

Y yo seré, si lo deseas,

Príncipe azul con tus ideas.

Igual que tú puedo soñar

Y detener cada momento,

Parar el sol, parar el viento,

Vivir aquí la eternidad.

Así contigo he de lograr

Vivir aquí la eternidad.

Igual que tú yo sé soñar”.

EL ORIGINAL

 JACQUES BREL: Les biches

Tal y como nos indica Paco en el apartado de esta web destinado a proponer parecidos entre distintas canciones, el tema “Le métèque” de Georges Moustaki recuerda en su melodía a la canción “Les biches” de Jacques Brel.

“Les biches” apareció publicada el 15 de marzo de 1962 en Les bourgeois, el sexto álbum de Jacques Brel, publicado en 1962 y el primero en ser lanzado por el sello Barclay. Originalmente sin título, ahora se le conoce por el título de su primer tema.

Publicado originalmente el 15 de marzo de 1962, en su portada aparece,  además del nombre del artista y los títulos de las canciones, una fotografía de Brel sobre un fondo rojo, sosteniendo un cigarrillo en su mano izquierda.

Esta sería la traducción de su letra:

“Son nuestro primer enemigo

Cuando escapan riendo

De los pastos del tedio

Las ciervas

Con pestañas como cabello

Cabello como cazadores de cervatillos

Y solo las puntas de sus ojos

Que engañan

Tan bien que el cazador se detiene

Y sé de huracanes

Que se han convertido en poetas

Las ciervas

Y ya sea que las ahuyentemos de nuestras mentes

O que nos persigan sonrojándonos

Son nuestro primer enemigo

Las ciervas de quince años

Son nuestro enemigo más hermoso

Cuando tienen el resplandor de una flor

Y ya el sabor de la fruta

Las ciervas

Que exhiben toda virtud exteriormente

Mientras que es con todo su corazón

Mientras que es con todo su cuerpo

Que engañan

Cuando mordisquean al marido

O cuando muerden el diamante

Sobre el asfalto azul de París

Las ciervas

Ya sea que las persigamos con rubíes

O que nos persigan hasta el punto de sentir

Son nuestro enemigo más hermoso

Las ciervas de veinte años

Son nuestro peor enemigo

Cuando conocen su poder

Pero cuando conocen su indulto

¿Qué hacen?

Cuando un cazador es una oportunidad

Cuando su belleza se revela tarde

Cuando es con toda su habilidad

Que engañan

Engañando al aburrimiento más que al ciervo

Y al amante con el otro amante

Y al otro amante con el ciervo

¿Quién lo hace?

Pero ya sea que las cacemos con locura

O que nos persigan con la punta de nuestros guantes

Son nuestro peor enemigo

Las ciervas después de los veinte

Son nuestro último enemigo

Cuando sus pechos se inclinan por el sueño

Por haber pasado demasiadas noches en vela

Las ciervas

Cuando tienen el paso resignado

De peregrinos que regresan

Cuando es con todo su pasado

Que engañan

Para retenernos mejor

A nosotros que servimos en este tiempo

Solo para evitar que envejezcan

Las ciervas

Ya sea que las ahuyentemos de nuestras vidas

O que dejemos que nos persigan porque es el momento

Siguen siendo nuestro último enemigo

Las ciervas por demasiado tiempo”.

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