LA POSIBLE COPIA
LOS SECRETOS: Ojos de gata
httpv://www.youtube.com/watch?v=rUYf7cGv-6g
“Ojos de gata” apareció en el disco de 1991 de Los Secretos Adiós tristeza. El disco, producido de nuevo como el anterior por Joaquín Torres contó con una base rítmica nueva en el grupo, con Iñaki Conejero al bajo y Paco Beneyto a la batería.
Esta es su letra:
“Fue en un pueblo con mar
una noche después de un concierto
tú reinabas detrás
de la barra del único bar que vimos abierto.
Cántame una canción al oído
te sirvo y no pagas
sólo canto si tú me demuestras
que es verde la luz de tus ojos de gata.
Loco porque me diera
la llave de su dormitorio
esa noche canté
al piano del amanecer todo mi repertorio.
Con el “Quiero beber”
el alcohol me acunó entre sus mantas
y soñé con sus ojos de gata
pero no recordé que de mí algo esperaba.
Desperté con resaca y busqué
pero allí ya no estaba
me dijeron que se mosqueó
porque me emborraché y la usé como almohada.
Comentó por ahí
que yo era un chaval ordinario
pero cómo explicar
que me vuelvo vulgar
al bajarme de cada escenario.
Pero cómo explicar
que me vuelvo vulgar
al bajarme de cada escenario”.
En este caso, la canción compartía parte de su letra y una cierta similitud en la música con “Y nos dieron las diez” de Joaquín Sabina, como ya se ha visto en otra entrada anterior de esta web, en concreto aquí: https://www.similarrock.com/joaquin-sabina-los-secretos. Este es un caso único en la música española de dos canciones compuestas a partir del principio de una letra. La historia, como bien se recoge en varias páginas web como http://ninsesabe.blogspot.com.es o http://enrique-urquijo.blogspot.com.es, es más o menos la siguiente:
Un día, a principios de 1991, Enrique y su mánager (Pedro Rodríguez Almeida) llegan al pub Bwana de Madrid. Al día siguiente Los Secretos tienen un concierto, pero Enrique Urquijo decide salir a tomar unas copas. Así que su mánager, como siempre, lo acompaña para evitar que se desmadre. En el bar se encuentran con Joaquín Sabina, con quien Enrique mantiene una buena relación. Y ambos autores entablan una conversación. En un momento de la misma, Enrique le pregunta a Sabina si no tendría algún material que pudiera serle de utilidad, ya que está trabajando en la publicación de un nuevo álbum y se encuentra sin ideas.
Por casualidad, Joaquín lleva encima unos versos que había escrito, al parecer, esa misma mañana. Se los muestra a Enrique que los lee con impaciencia. Son estos:
“Fue en un pueblo con mar
una noche después de un concierto;
tú reinabas detrás
de la barra del único bar que vimos abierto.
– “Cántame una canción
al oído y te pongo un cubata”
– “Con una condición:
que me dejes abierto el balcón de tus ojos de gata”.
Loco por conocer
los secretos de su dormitorio,
esa noche canté
al piano del amanecer todo mi repertorio”.
A Enrique le gusta mucho, así que coge una servilleta de papel y copia esas dos estrofas en ella. Poco después, su mánager lo convence para que se vayan a casa y lo acompaña en taxi. Y allí mismo, dentro del taxi, Enrique escribe el primer borrador de lo que finalmente se convertiría en “Ojos de gata”.
Pasado el tiempo y en el convencimiento de que Sabina le había cedido los versos, Enrique propone a su grupo incluir en próximo disco la canción que había compuesto a partir de ellos. Evidentemente a los componentes de Los Secretos les gusta mucho el tema y aceptan encantados la propuesta. Y así es como “Ojos de gata” pasa a formar parte del álbum Adiós tristeza.
Se supone que Sabina, mientras tanto (y sin saber que Enrique ha completado esa letra y hasta le ha puesto música y la piensa incluir en su próximo álbum), hace lo propio con lo que al principio sólo eran dos estrofas y que termina siendo otra canción, esta titulada “Y nos dieron las diez”.
En setiembre de 1991 se publica Adiós tristeza, con “Ojos de gata” y cinco meses más tarde, en abril de 1992, sale a la luz el álbum de Sabina Física y Química, con “Y nos dieron las diez”. Hasta aquí más el relato de los hechos. Pero, ¿conocía o no Sabina la música de “Ojos de gata” cuando compuso la de “Y nos dieron las diez”? Es decir: ¿el parecido musical entre ambos temas es algo más que una casualidad? Parece ser que Sabina llegó a conocer la canción de Enrique antes de publicar la suya. Pero las versiones de cómo se produjo tal circunstancia difieren.
Según afirma Joaquín Torres, productor de Adiós tristeza, Enrique llevó a casa de Sabina una grabación de “Ojos de gata” antes de publicarla. Según cuenta, a Sabina le habría gustado tanto el tema que le dijo a Enrique que ya no grabaría la que él estaba preparando, que dejaba el tema “aparcado”. Enrique vuelve contándole al resto del grupo que a Sabina le ha encantado y que “la ha escuchado y ha dicho que él ya no saca su versión”.
Lo que ocurre es que posteriormente cambia de idea y vuelve a llamar a Enrique para confirmarle que ha decidido incluirla en su nuevo álbum (que se llamaría Física y Química), pero que no será single. Este último aspecto parece ser que era muy importante para Los Secretos, que ya tenían previsto un single con “Ojos de gata” para finales de 1992. De todos modos, finalmente también “Y nos dieron las diez” sería publicada como single.
Sin embargo, según otra versión de los hechos la primera vez que Joaquín escuchó “Ojos de gata” fue el 29 de noviembre de 1991, poco después de que se editase el disco de los Secretos y unos meses antes de que se publicara Física y Química. Fue en un festival en Gran Canaria donde coincidieron Los Secretos y Sabina entre otros grupos. Al parecer, Álvaro Urquijo se encontró con Sabina, que le preguntó por su hermano Enrique y le dijo: “Dile que ya no haga la canción, que ya la he terminado yo”. Álvaro entonces le contestó algo así como “Pues si vieras el temazo que hizo él…” Según esta versión, Álvaro llevaba consigo una copia del disco y se metieron en un cuarto (junto con Pancho Varona) donde escucharon la canción. Sabina quedó asombrado de la calidad de la misma y le dijo a Álvaro: “Vosotros la habéis sacado con vuestro nombre y yo la sacaré con el mío, y sin competencias ni nada”.
El caso es que en abril de ese mismo año apareció por fin Física y química, y el primer single era “Y nos dieron las diez”. Sea como fuere, lo que parece evidente es que la música de la canción de Sabina recuerda bastante a la de Enrique. Sin embargo, mientras los créditos del disco de Los Secretos atribuían, como es lógico, la canción a Enrique Urquijo y Joaquín Sabina, los de Física y química sólo reconocían a Joaquín Sabina como autor de música y letra.
Miguel A. Bargueño indica en su libro Enrique Urquijo, adiós tristeza que “esa serie de malos entendidos hicieron que Enrique se sintiera bastante incómodo y a punto estuvieron de derribar la amistad que les unía”. Aunque para Sabina, el asunto no tuvo tanta importancia: “Mucha gente, de tanto hijo de puta que hay, pensaba que alguien le había robado algo a alguien”.
Esta historia termina un tiempo después, cuando Joaquín Sabina le da a Enrique una letra completa para que le ponga música y puedan firmarla entre los dos, a medias. Enrique se desentendió por completo del asunto y fue su hermano Álvaro quien recogió el testigo y rubricó (en el siguiente disco de Sabina, Esta boca es mía, de 1994) la conocidísima “Por el bulevar de los sueños rotos”.
EL ORIGINAL
THE BYRDS: Drug Store Truck Drivin’ Man
httpv://www.youtube.com/watch?v=piNF7LUehsM
Tanto la canción de Los Secretos como la de Joaquín Sabina, especialmente la primera, tiene mucho que ver con “Drug Store Truck Drivin’ Man”, como bien indica Jordiasturies en el apartado de esta web destinado a proponer parecidos entre canciones.
La canción fue compuesta por Gram Parsons y Roger McGuinn en un hotel de Londres mientras estaban de gira presentando el álbum Sweetheart of the Rodeo. En ella hablan un desagradable incidente que tuvo McGuinn con el locutor Ralph Emery. Cuando The Byrds tocaron en el Grand Ole Opry, intentaron sin éxito convencer a los seguidores del country tradicional que hacer country rock era una parte legítima de la tradición. Fueron recibidos con abucheos y silbidos, en lo que podría ser interpretado como un signo de la animosidad creciente en aquel tiempo entre las zonas rurales o de clase trabajadora (en su mayoría del Sur, representados por los asistentes al concierto y los oyentes de Emery) y los jóvenes de la contracultura (representados por The Byrds).
La canción apareció en el disco Dr. Byrds and Mr. Hyde después de que Gram Parsons hubiera dejado al grupo. Según McGuinn, “habíamos llevado a Ralph Emery nuestro single, “You Aint Goin’ Nowhere”, con la esperanza de que él lo pinchara en la poderosa emisora WSM. Ralph la escuchó antes y dijo que no la pondría. Al preguntarle cuál era la razón, él quiso saber de qué trataba. Le dije que era una canción de Bob Dylan y que nadie sabía de qué iban sus canciones. A Ralph no le pareció gracioso. Aseguró que si Dylan llevase calcetines verdes, todo el mundo los llevaría. Salimos de la emisora desanimados. Así que estando en Londres le sugerí a Gram escribir una canción sobre esa experiencia. Decidimos que ya que Ralph había anunciado asientos de camiones en su programa, podríamos referirnos a él como un “Drug Store Truck Drivin’ Man”.
Conozco las dos canciones de siempre y nunca identifiqué una con la otra, las músicas son muy distintas y no digamos las letras. Por supuesto la de Sabina y la de los Secretos sí que comparten buena parte de la letra y la música. La historia de la letra es conocida, la de la música es «un misterio», sobre todo porque ninguna otra composición de Sabina es parecida y, de hecho, los pocos compases en los que se diferencia de la de los Secretos son más bien una derivación tipo mariachi que no pega demasiado. Pero lo que queda es que la firmó en solitario Sabina y nadie reclamó. Creo que queda claro que los Byrds son uno de mis grupos favoritos y los Secretos uno de mis grupos españoles favoritos y que Sabina nunca me ha llamado la atención más allá de la canción que popularizó Antonio Flores.
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