LA POSIBLE COPIA
THE CLASH: London Calling
“London Calling” es una canción de la banda británica The Clash, publicada como single de su álbum del mismo título el 7 de diciembre de 1979. El tema había sido compuesto por dos de sus componentes, Mick Jones y Joe Strummer.
Los integrantes de la formación clásica de la banda que quedan vivos, Mick Jones, Paul Simonon y Topper Headon, hablaron sobre el nacimiento y desarrollo de la canción en la edición de la revista Uncut de verano del año 2013:
Mick Jones: “La inspiración inicial para la canción no fue la política británica. Fue nuestro miedo a ahogarnos. En 1979 vimos un titular en la portada del London Evening Standard, advirtiendo que el Mar del Norte podía subir y hacer crecer el Támesis, inundando la ciudad. Nos volvió locos. Para nosotros, el titular era simplemente otro ejemplo de cómo se estaba desatando todo”.
Paul Simonon: “En los 70, cuando formamos la banda, había mucha tensión en Gran Bretaña, mucho paro, y el país era un desastre económico. También había violencia hacia cualquiera que se viera diferente, especialmente los punks. Así que el nombre “The Clash” (El conflicto) parecía apropiado para la banda”.
Antes de “London Calling”, la verdad que no teníamos mánager ni lugar para ensayar, así que andábamos a la deriva. Nuestros amigos nos encontraron un espacio en la calle del puente Vauxhall, en el barrio de Pimplico junto al Támesis. Era una habitación insonorizada, angosta y aireada, subiendo por las escaleras al fondo de un garaje”.
Jones: “Ensayábamos mucho todos los días, descansando por la tarde para cruzar la calle e ir a un parque enrejado, donde jugábamos al fútbol. Era como algo que creaba mentalidad de equipo. Teníamos un sentido fuerte de unión. El cantante Joe Strummer estaba viviendo en un edificio junto al Támesis y tenía miedo de una potencial inundación. Hizo dos o tres bosquejos de letras que después yo amplié hasta que la canción se convirtió en esa advertencia sobre la ruina de la vida cotidiana. Estábamos un poco adelantados a la cosa del calentamiento global, ¿no?
La frase sobre la “Beatlemanía mordiendo el polvo” apuntaba a todas las bandas de rock turístico que sonaban igual en Londres de finales de los 70. Nosotros éramos fans de The Beatles, The Who y The Kinks, pero queríamos rehacer todo eso. Queríamos que “London Calling” recuperara la cultura cruda y natural. Veíamos al rock anterior con gran placer, pero muchos de los problemas que la gente estaba enfrentando eran nuevos y tenebrosos. Nuestro mensaje era más urgente: que las cosas se estaban cayendo a pedazos.
Una vez que tuvimos la mayor parte de la letra lista, empecé a crear música que encajara con el ritmo de la letra. Quería la urgencia de una noticia de último momento. Los dos acordes de guitarra que usé estaban un poco vacíos al principio, pero se me ocurrió un truco con mi dedo meñique para cambiarlos con suavidad”.
Topper Headon: “Cuando Mick empezó a tocar los acordes, empecé a tocar la batería. Mi educación musical fue el jazz y el soul, así que quise aportarle a mi ritmo marcial un poco de variedad. Toqué la introducción directamente, pero cuando entraron la banda y la voz de Joe, toqué semicorcheas con mi mano derecha, para darle algo de brillo. Después, cuando empezamos el estribillo que arrancaba con “llega la Edad de Hielo…”, le agregué una cosita de swing”.
Simonon: “Yo quería que mi línea de bajo fuera como una gran declaración, como decir: “¡aquí estamos!”. Mi gran influencia fue Leroy Sibbles, el bajista de la banda de reggae The Heptones”.
Jones: “El título de la canción surgió de Joe. Cuando él era un niño, su familia se mudó a Alemania, y ahí es donde él escuchó por primera vez la frase “London Calling” (“Londres llama”), en la radio. La BBC la usó durante años para abrir sus transmisiones de noticias en el extranjero”.
Headon: “London Calling” nos llevó varias semanas hasta que la tuvimos bien. No estábamos en un buen momento financiero y nuestro tercer disco tenía que vender o íbamos a estar en problemas con nuestro sello discográfico. Para empeorar las cosas, teníamos la intención de hacer un álbum doble, lo que no le pareció bien al sello. Tuvimos que remar mucho el trabajo”.
Jones: “Una vez que “London Calling” estuvo armada, junto a otra tanda de canciones para el disco, entramos en los estudios Wessex de Bill Price, en agosto de 1979. Era una ex iglesia al norte de Londres. Bill nos armó en el estudio en forma de círculo cerrado”.
Simonon: “Nuestro productor Guy Stevens fue muy importante para nosotros, por su contribución musical y emocional. Una vez le pidieron que describiera su estilo y dijo: “en este mundo hay dos Phil Spectors, y yo soy uno”. Durante la grabación de “London Calling”, Guy entraba a la sala de grabación para intensificar el ánimo. Una vez entró mientras estábamos grabando y empezó a reventar sillas contra la pared, para aumentar la atmósfera. Pero no todos pudieron apartarse del camino. Joe estaba cantando y tocando el piano, y Guy no quería que estuviera ahí. Levantó una botella de vino tinto y la derramó toda encima de las manos de Joe y en el teclado”.
Jones: “La mayoría de la gente no se da cuenta de que mi solo de guitarra en mitad de la canción está al revés. Después de grabarlo, di vuelta la cinta y la regrabé así en la mezcla. Por eso hace un zumbido. Yo quería que sonara crudo y trastornado”.
Headon: “Guy le agregó la llama mágica. Mira, cuando alguien está revoleando una escalera y tienes que pasarla agachándote, la música definitivamente cobra vida. En un momento dijo: “Bueno, esa toma está lista”. Yo dije “No, se acelera un poco”, y dijo: “un rock’n’roll genial se acelera. Esa toma ya está”. Y tuvo razón. Nos hizo darnos cuenta de que un buen productor de rock deja la imperfección metida en alguna parte”.
Jones: “Bill Price es el que le agregó el eco y el sonido de cañones disparando. Nosotros también le agregamos a Joe imitando a las gaviotas que estaban influenciados por “Dock of the Bay” de Otis Redding. Como músico te llevas el pasado contigo, ¿no? Beatles, Stones, Kinks y Small Faces habían hecho algo nuevo y diferente, y yo quería que nosotros también hiciéramos eso. La cosa en código morse al final fue mía. Apagué una de las pastillas de mi guitarra y usé la pastilla que quedaba para captar la señal de radio y darle ese sonido de la BBC mientras la música se apaga”.
Simonon: “La foto de la tapa del disco London Calling la sacaron cuando estábamos tocando en el Teatro Palladium de Nueva York. El sonido en el escenario era malo y yo estaba enfadado por escuchar mis notas. Además, la mayoría del público estaba sentado, así que supuse que o no les gustó el show o los de seguridad no los estaban dejando bailar. Frustrado, me desquité con mi bajo. Desafortunadamente, durante el resto de la gira, tuve que usar mi bajo de repuesto, que no sonaba tan bien como el que reventé. La fotógrafa Pennie Smith sacó la foto. Fue muy rápido y repentino, por eso la imagen está borrosa. Joe sugirió que usáramos la foto de Pennie para la tapa de London Calling, y eso hicimos. ¿Mi temperamento? Ahora está mejor, pero no se curó. Es frustración creativa, que se dispara por cualquier situación en la que esté. Lo tengo casi bajo control, pero las cosas pasan. A veces es difícil contar hasta 20”.
Esta sería la traducción de su letra:
“Londres llamando a los pueblos lejanos
Ahora la guerra ha sido declarada, y la batalla baja
Londres llamando al inframundo
Salid de armario, vosotros chicos y chicas
Londres llamando, ahora no nos mires
La falsa Beatlemania ha mordido el polvo
Londres llamando, mira que no sabemos pegar
Excepto por el anillo de esa cosa, la porra
La edad de hielo viene, el Sol se acerca
Se espera el colapso, se empieza a acabar el trigo
Los motores dejan de funcionar, pero no tengo miedo
Porque Londres se ahoga, y yo vivo a la orilla del río
Londres llamando a la zona de imitación
Olvídalo, hermano, puedes ir a ello solo
Londres llamando a los zombies de la muerte
Dejad de conteneros, y respirad otra exhalación
Londres llamando, y no quiero gritar
Pero ya que estamos hablando, te vi asentir
Londres llamando, mira que no tenemos altura
Excepto por esa con los ojos amarillentos
La edad de hielo viene, el Sol se acerca
Los motores dejan de funcionar, se empieza a acabar el trigo
Un error nuclear, pero no tengo miedo
Porque Londres se ahoga, y yo vivo a la orilla del río
La edad de hielo viene, el Sol se acerca
Los motores dejan de funcionar, se empieza a acabar el trigo
Un error nuclear, pero no tengo miedo
Porque Londres se ahoga, y yo vivo a la orilla del río
Ahora entiende esto
Londres llamando, sí, yo también estaba allí
¿Y sabes lo que decían?
Bueno, algo de ello era cierto
Londres llamando a lo alto de la emisión
Después de todo esto
¿No me vas a sonreír?
Londres llamando
Nunca me había sentido tan igual, igual, igual, igual”.
EL ORIGINAL
THE KINKS: Dead End Street
Tal y como indica José Ignacio en el apartado de esta web destinado a proponer parecidos entre diferentes canciones, “London Calling” de The Clash recuerda al clásico “Dead End Street” del cuarteto británico The Kinks.
«Dead End Street» es una canción grabada el 21 de octubre de 1966 y publicada en single por The Kinks el 18 de noviembre de 1966 por la compañía discográfica Pye, con el tema «Big Black Smoke» en su cara B, que contaba con la producción de Shel Talmy.
Escrita por el principal compositor de la banda, Ray Davies, apareció originalmente como un single que no formaba parte del álbum, pero desde entonces se ha incluido como una de las varias pistas extra del disco Face to Face.
Como varias de las canciones escritas por Davies, hasta cierto punto está influenciada por el music hall. La parte de bajo se inspiró en el sonido twang de la guitarra de Duane Eddy. La canción, como muchas otras del grupo, trata sobre la pobreza y la miseria que viven las clases bajas de la sociedad inglesa.
Según Ray Davies, la letra habla de una pareja que quiere emigrar a Australia bajo el Plan de Migración de Pasaje Asistido, pero cuando su idea fracasa no pueden conseguir un trabajo. Al describir la canción en su autobiografía de 1996, Kink, Dave Davies dijo: ““Dead End Street” fue para mí el epítome de lo que eran The Kinks. Una canción llena de carácter, patetismo, pero que contenía un sentido subyacente de esperanza”.
Ray Davies aseguró en la edición de la revista Classic Rock de enero de 2022 que la canción «Fue escrita muy rápidamente y para el invierno. Era eso de vivir en Inglaterra y haber tenido un gran verano y ahora la luz se acercaba y el estado de ánimo simplemente cambia. La música tenía ese ritmo de jazz, pero había ese lado oscuro. Pensé que estaba escribiendo una canción de jazz tradicional sobre los tiempos difíciles que se avecinaban. Mi padre había vivido la depresión y había hablado de ello, así que la canción reflejaba eso a los 20 años. Parecía como de los años 30: esos acordes pisando fuerte, la marcha del destino viniendo a agarrarte. Fue un telón de fondo muy visual para la canción».
El título «Dead End Street», que significa calle de sentido único, implica la dificultad para muchos de escapar de la situación desesperada en la que se encuentran. Dave Davies afirmó que esta era una de sus dos canciones favoritas escritas por su hermano Ray. La otra que mencionó fue «Shangri-La».
Ray Davies explicó a la revista Q en 2007 que «Mi sensación sobre los años 60 era que no eran tan buenos como todos creen. Carnaby Street, todo el mundo parecía feliz… Todo eso era un camuflaje. De eso se trataba “Dead End Street”.
La escribí cuando tenía que comprar una casa y estaba aterrorizado. Nunca quise ser dueño de nada porque mi padre nunca había tenido propiedades. Había heredado de su, padre que debía alquilar toda su vida. Así que todavía sufro la vergüenza inherente de poseer algo. Es un sentimiento de culpa”.
La banda grabó dos versiones de la canción. La primera, con su productor habitual Shel Talmy, quien buscaba una orientación más pop, y en la que se utilizó un órgano y una trompa tocada por el músico Albert Hall. Considerando que esta versión «no tenía ninguna calidez», la banda grabó la versión final después de que Talmy se marchara, haciéndole creer que ellos también se iban, reemplazando el órgano con un piano y la trompa con un trombón.
Esta sería la traducción de su letra:
“Hay una grieta en el techo
Y el fregadero pierde agua.
Sin trabajo y sin dinero,
El menú del domingo es un trozo de pan con miel.
¿Para qué vivimos?
Un apartamento de dos habitaciones en el segundo piso.
No tenemos ingresos,
El que cobra el alquiler llama a la puerta e intenta entrar.
Somos, sin duda, ciudadanos de segunda,
No lo entendemos.
Sin salida.
¿Por qué tenemos que estar en un callejón sin salida?
Sin salida.
La gente está viviendo en un callejón sin salida.
Sin salida.
Vamos a morir en un callejón sin salida.
Callejón sin salida.
Callejón sin salida.
Una fría y gélida mañana
Me froto los ojos y dejo de bostezar.
Tengo los pies casi congelados,
Pongo el té a hervir y preparo una tostada.
¿Para qué vivimos?
Un apartamento de dos habitaciones en el segundo piso.
No hay posibilidad de emigrar,
Estoy hasta arriba de deudas y ahora ya es demasiado tarde.
Los dos ansiamos tanto trabajar,
Pero no nos dan la oportunidad.
Sin salida.
La gente vive en un callejón sin salida.
Sin salida.
La gente está muriendo en un callejón sin salida.
Sin salida.
Vamos a morir en un callejón sin salida”.